Una comunión es importante para el niño que la celebra, ya que posiblemente constituya el primer evento en el que tenga conciencia real de que es el protagonista de algo más que un cumpleaños. Sabemos que además es una celebración que significa mucho para los padres, así que siempre procuramos que cada detalle esté cuidado al máximo.
En este caso, la decoración de la comunión pretendía salirse de los tonos más habituales y añadir a la cita un toque más moderno. Basándonos en un motivo tradicional, la paloma, los tonos seleccionados para los banderines fueron verdes, malvas y azules, para unir espiritualidad y alegría.
El kit se componía de un banderín en el que se leía «Felicidades», cubiertos montados en servilletas con el nombre de cada invitado, vasos personalizados, paquetes de palomitas y una bolsa para llenar con chuches para cada uno de los asistentes.
Nos gusta adaptarnos a lo que necesitas, si estás pensando en una comunión más tradicional puedes ver otros modelos aquí.